Como encargados del proceso comunicativo y lingüístico, además del tratamiento de sus trastornos, son conocedores de las causas que pueden acarrear dificultades en el aprendizaje (tanto en la vía de entrada, en el procesamiento como en la vía de salida de la información).
Visión y audición son dos sistemas que deben complementarse para facilitar la relación de la persona con su entorno, motivo por el cual las sinergias entre profesionales son imprescindibles. Del mismo modo que no es lo mismo ver que mirar, tampoco lo es oír que escuchar.
Es bastante habitual que existan disficultades en la adquisición de la lectoescritura (dislexia, disgrafía, disortografía, discalculia) originados o agravados por trastornos de tipo visual que a su tiempo interfieren en el proceso comunicativo y de lenguaje.
De manera similar, un déficit en la ruta auditiva puede bloquear el proceso del niño/a aun teniendo unas buenas habilidades visuales.
De hecho, la vía auditiva es más vulnerable que la visual a los efectos del entorno. Especialmente, en los primeros años de vida.
Según el denominado efecto psico-fono-audiológico descrito por el Dr. Tomatis, un niño/a no puede emitir un fonema que previamente no haya oído (ref. El fracaso escolar. Alfred Tomatis). Si durante el período de la primera infancia hay cualquier tipo de bloqueo, la calidad de la escucha se verá deteriorada.
Terapia Tomatis – ALTOM: Teresa Marçal
